Abraham


Abram, Abraham (El Amigo de Dios).
2000 A.C. Ur, Mesopotamia, actual Irak.

Breve Historia

Nació en Ur, antigua Mesopotamia, actual Irak. Siendo adulto escuchó la Voz de Dios solicitándole que se trasladara con su esposa Sara a las tierras de Canaán (Israel-Jordania-Líbano), donde Dios prometió a Abraham que daría esa tierra a su descendencia. Debido a la hambruna que había en la región se trasladó a Egipto, volviendo luego de muchos años a Canaán, donde finalmente muere a los 175 años y es sepultado en la cueva de los patriarcas (Macpela), en la antigua ciudad de Hebrón, al sudoeste de Cisjordania.

Agar e Ismael
Debido a que su esposa Sara era estéril, según la costumbre de la época, dio a Abraham a su Sierva Egipcia Agar como esposa, a quien un ángel anunció que el primogénito de Abraham tendría una gran nación y una gran descendencia, su nombre sería Ismael y Dios siempre estaría con él. Agar se traslada hacia el noroeste de Arabia por problemas con Sara sobre la herencia de Abraham.
Ismael vivió cerca de La Meca en Arabia Saudita y descienden de Él los Profetas Mahoma y El Báb (Precursor de Bahá’u’lláh).

Sara e Isaac
Dios promete a Abraham que su estéril y anciana esposa Sara también le daría un hijo a quien le darían por nombre Isaac. Como prueba de la fe de Abraham, Dios le pidió que sacrificara a su hijo Isaac pero antes de hacerlo Dios lo detiene, sacrificando finalmente un carnero. Debido a la obediencia de Abraham, Dios le promete que de su descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra. De Isaac descienden los Profetas Moisés y Cristo.

Queturá
Luego de la muerte de su esposa Sara, Abraham tomó por esposa a Queturá, a quien luego envió junto con sus hijos a la tierra del oriente (región Árabe).
De Queturá desciende la dinastía Sasánida (Reyes de Persia), y la manifestación de Dios para hoy, Bahá’u’lláh.

Libro Sagrado Génesis, La Torá y Antiguo Testamento en la Biblia.

Representación del Espíritu Santo (La Voz de Dios)

Símbolo (La Menoráh y la Estrella de David)

La Menoráh (candelabro de aceite de siete brazos), representa la “Zarza Ardiente” o los arbustos en llamas que vio Moisés en el Monte Sinaí.
La Estrella o Escudo de David (estrella de 6 puntas). Se empleó frecuentemente para distinguir las comunidades Judías a partir de la Edad Media.

Enseñanzas

Su historia Nos muestra el respeto y la tolerancia hacia diferentes creencias y culturas. Regla de Oro.
Siendo el padre de las religiones Judía, Cristiana, Musulmana y Bahá’í demuestra que todas son una sola, revelada progresivamente a través de los Profetas Moisés, Cristo, Mahoma, El Báb y Bahá’u’lláh, para velar por el continuo progreso de la humanidad hasta alcanzar la futura unión de todas en una sola religión, en el Reino de los Cielos en la tierra. Unidad de las religiones.

Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, conversa continuamente con Abraham quien muestra humildad y sumisión total ante la guía Divina. Dios bendice a Abraham por su obediencia y sacrificio, como padre de muchas naciones y cuya descendencia no podría ser contada como las estrellas del cielo. Nos muestra que Dios siempre está al cuidado de su Creación y que Dios siempre cumple sus Promesas.

Así como Dios tuvo un propósito para Crear el universo y nuestro Jardín del Edén (planeta en que vivimos), Dios siempre ha enseñado la Esencia de la Creación y guiado a aquellos que siguen sus enseñanzas hacia una mejor forma de vida llamando a todos a la excelencia, para finalmente guiar a toda la humanidad hacia la felicidad.

Luchó por erradicar el politeísmo y anuló la costumbre del sacrificio del primogénito.

“Yo establezco mi pacto como pacto perpetuo entre Yo y tú, y tu descendencia después de ti por sus generaciones, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti.”

“No tomaras ni un hilo, ni la correa de un calzado, nada de todo lo que es ajeno.”


El Advenimiento de otros Profetas y del Reino de los Cielos en la tierra.

Profetizó la esclavitud del pueblo Hebreo en Egipto y su regreso triunfante a la tierra de Israel guiado por Moisés.

Profetizó que sería padre de muchas naciones, dando finalmente descendencia a los Profetas Moisés, Cristo, Mahoma, El Báb y Bahá’u’lláh, cuyas enseñanzas han llevado la Palabra de Dios a cada pueblo, ciudad y país del mundo. Actualmente esas religiones hermanas agrupan alrededor de dos tercios de la población mundial y debemos estar seguros que en el futuro se unirán en una sola Fe que abrasará a todo el género humano en una sola familia Unida (Reino de los Cielos en la tierra).